Desde 1941 se transformaron los cajones del “Parián Chico o de los Tornos” para albergar los estudios de artistas plásticos, por sugerencia del maestro José Márquez Figueroa, naciendo así el Barrio del Artista, lugar obligado en cualquier visita a Puebla. Aquí se dan cita pintores y escultores que muestran sus obras al público, además de contar con varios cafés en los que se podrá oler y sentir el aire de bohemia poblana.

El Mercado Artesanal del Jardín de Analco fue pensado para rescatar el concepto de los tianguis de antaño: lugares donde familias, novios y amigos convivían en un ambiente cordial y seguro, con el pretexto de la búsqueda de productos en venta.

A lo largo del callejón y en las calles aledañas, se pueden encontrar tiendas de anticuarios donde se pueden hallar tesoros para cualquier coleccionista. Además, los sábados y domingos se coloca en la plazuela un tianguis de anticuarios y de coleccionistas, en donde se puede encontrar desde una cama de latón hasta libros antiguos, pasando por juguetes, muebles o algún extraño objeto que servirá de recuerdo de la visita a este lugar.

Es una de las más animadas de Puebla. Localizada a un costado del edificio universitario Carolino, las terrazas y un tianguis artesanal crean un espacio ideal para pasear y charlar entre amigos. En esta plaza se colocó, en el año 2006, una placa conmemorativa en honor a John Lennon como homenaje a su música y a su labor humanista.

El Callejón y la Plazuela de los Sapos es uno de los rincones donde podrá descubrir las maravillas que tiene esta ciudad para usted. Se dice que en tiempos del virreinato las inundaciones eran habituales en esta zona irrigada por las aguas del río San Francisco. Por esta razón no era difícil encontrar sapos y ranas habitando este lugar.

La mejor opción para llevar a casa un pedacito de Puebla. Con más de 200 años, este espacio sigue vivo y lleno de los colores de la artesanía poblana.